domingo, 13 de abril de 2008

La inseguridad que producen los medios de comunicación

A lo largo de la historia las modas, estilos, formas de pensar y actuar se han regido por la época o década. Estos aspectos se encuentran en cambio constante, sin cesar. La forma de responder a estos fenómenos nos vuelve vulnerables en el transcurso de nuestra vida.

Cada día nos vemos influenciados por los diferentes factores que nos rodean. Los medios de comunicación, revistas, periódicos, etc., nos llevan a tener imágenes erróneas de la realidad. Nuestra seguridad personal se ve dañada al ser mal enfocada. El valor humano se pierde día a día, ya que no nos valoramos por quienes somos, sino como nos vemos. Así, la mente y nuestros sentidos, tienden a confundir el deseo enorme de lucir bien con la confianza que deseamos tener como personas. La obsesión de rebajar de peso no es más que un anhelo profundo de seguridad.

Nuestra mente y nuestros sentimientos nos guían a cuidar nuestra figura por simple confusión. Al analizar la situación, nos damos cuenta de que nos es necesario bajar de peso para sentir seguridad. Basta con aceptar la realidad y, de no estar cómodos con ella, tener la voluntad suficiente para cambiarla. Satisfacer la fantasía vana de una vida en la que todo el mundo nos acepte no es la mejor opción. Buscar la felicidad dentro de nosotros, sí lo es.

¡El lunes empiezo mi dieta…!


En una sociedad donde la apariencia física parece ser lo más importante, ser gordo o demasiado flaco, ejerce una presión que nos lleva a los extremos para poder lograr el cuerpo perfecto.

Las excusas no son nuevas, más de alguna vez habrás escuchado: “el lunes empiezo mi dieta”, “si me hubieras conocido como era de figurita”, “no sé porque engordo si casi no como”, “hasta el agua me engorda”. Es necesario que sepamos que nuestro problema no radica en el sistema digestivo sino en la mente, porque lo que percibimos, hacemos, y sentimos con el cuerpo no es más que una proyección del pensamiento.

A continuación, presentaremos unas cuantas soluciones para algunos de los pretextos de la gente con sobrepeso:

1. “Mi trabajo no me da tiempo de ejercitarme”. Si pasas sumamente ocupado, puedes usar 15 minutos diarios para entrenarte un poco. Le ayudarán mucho a tu figura y aparte liberarás el estrés.

2. “No como entre comidas y siempre engordo”. Lo recomendable es darte unos bocadillos (de preferencia una fruta) a lo largo del día para evitar comer demasiado en tu almuerzo o cena.

3. “Soy un caso perdido, ya volví a engordar”. No debes darte por vencido tan fácilmente, lo más importante en una dieta y en el ejercicio es la constancia. Si fracasas en tu mente también lo harás en tu cuerpo.

4. “Yo quiero pero no puedo”. Si te sientes identificado con estas líneas, recuerda que: querer es poder. La mente es sumamente importante y si realmente anhelas alcanzar algo lo lograrás.

5.“No estoy tan gordo, solo he subido unas libritas de más”. Es probable que intentes autoengañarte, diciéndote esto. Se sincero contigo mismo y evalúa si realmente solo has aumentado un poco tu peso o si ya necesitas ponerte a dieta.

sábado, 5 de abril de 2008

El mito que persigue a los gordos y flacos


Tenía apenas diez años cuando mi maestra favorita: "la seño Luchi" nos explicaba la importancia de tener una buena imagen frente a los demás. Conforme avanzaba la clase me iba perdiendo en sus palabras y me fijaba más en su figura redondeada, no entendía como hablaba de la silueta cuando la suya no era la ideal. Pase la mitad de la clase distraída, viéndole los "rollitos de más". Un rato después dijo, según ella, de manera graciosa: "Pero a los gorditas no nos queda más que ser simpáticas y chistosas".

Las palabras de mi maestra de primaria aparecen en mi mente ahora que quiero pensar en el falso concepto de las primeras impresiones. ¿ Y es que no les ha pasado que tienden a relacionar a la gente pasada de peso con el (la) típic@ gordito simpático? Será porque en las películas, series o novelas siempre sale "el gordo" que es amigo de todos. También, es probable, que como yo, conozcas gente que confirma el estereotipo. Aparte a algunos los has de juzgar por ser poco saludables: "¡ese solo debe comer chatarra!". Déjame decirte que la obesidad o la gordura muchas veces son hereditarias. Existen personas con sobrepeso que llevan una dieta saludable y otras que no son nada simpáticas, como te ha enseñado la sociedad.

Pero no solo los rellenos son estereotipados. Las mujeres extremadamente delgadas, o las que son un poco más de lo normal, son discriminadas como anoréxicas, desnutridas y hasta un tanto superficiales. En realidad, esto lo he oído más en la gente mayor, en las típicas abuelitas que regañan al nieto por fijarse "en esa delgaducha" que "anda alborotando a todos los cipotes con su cuerpo". Si bien los flacos son menos juzgados, siempre tendemos a ponerle una etiqueta a la gente. No olvides que estos modelos sociales no son siempre realidad. Como consejo : ¡No clasifiques a la gente , conócela antes !